Los dos primeros días de nuestras aventuras por tierras oscenses, nos llevaba a alojarnos en el centro histórico de Huesca, ya que nos permitía por la mañana hacer las excursiones por los alrededores, por la tarde disfrutar de la piscina del hotel y a media tarde descubrir el casco histórico.
El Hotel Abba Huesca está situado a escasos dos calles del centro de la ciudad de Huesca, y por ello, pudimos hacer caminando la visita turística de la capital sin tener que mover los coches que estaban bien aparcados.
La primera visita la hicimos hacia el oeste de la ciudad, para llegar al Parque Miguel Servet que es el pulmón verde de la ciudad de Huesca, un lugar muy tranquilo y acogedor para visitar en familia. Como más remarcable, en este parque se encuentra una réplica de la Casita de Blancanieves, dónde en el interior hay una biblioteca. También destacan zona de fuentes con chorros y zonas infantiles, todo rodeado de diferentes especies arbustivas, algunas de ellas originarias de China y Japón.
Desde allí a la zona histórica desde la calle comercial Coso Alto, para visitar en lo alto del cerro la Catedral de Huesca, lugar imprescindible para decir que se conoce Huesca. Desde la Plaza de la Catedral, lugar donde también se encuentra el Ayuntamiento, se tiene una gran panorámica de su puerta gótica, y por desgracia llegamos tarde para visitarla interiormente.
Por las noches disfrutamos de su buena gastronomía entre los bares y restaurantes del centro histórico. Huesca es una bonita y coqueta ciudad aragonesa. rodeada de lugares imprescindibles para visitar.
Familia Tokers.
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