Rodas era la parada más oriental del viaje, penúltima del crucero y conocida por el histórico Coloso de Rodas, un imponente monumento que ahora no existe que daba la bienvenida a los barcos a la ciudad.
Esta excursión como únicamente teníamos tiempo para visitar por la mañana, decidimos hacerla por libre a pie, paseándola y descubriéndola a la vez, ya que el crucero nos dejó en pleno centro y la hicimos acompañados de nuestros amigos.
Ya dentro del casco histórico te encuentras en una ciudad medieval que es como volver a siglos pasados, con todas las calles empedradas y amuralladas. Te das cuenta y te imaginas lo que llegó a ser antaño, ayudada por su localización en el mapa.
De allí salimos por ótro pórtico que nos llevó al Mandraki, el viejo Puerto de Rodas donde se encontraba el Coloso, para allí hacer parada y hacer la foto de rigor intentando imitar al monumento.
Volvimos a entrar en la ciudad amurallada a través de la Puerta de la Marina, sin duda la más espectacular, flanquejada con dos torres y la flor de Lis, que da entrada al Castillo de los Caballeros de San Juan, situandonos en la parte más alta de la ciudad medieval.
Descendimos posteriormente pasando por la Mezquita de Soliman dentro del barrio musulmán. llegando de nuevo a la Plaza Central y volviendo de nuevo al barco
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