VALL DE BOI: BARRUERA (2020)


Barruera es el primer pueblo importante de la Vall de Boí por localización, y lugar de nuestra primera excursión completa preparada con un plan completo que significaba una visita al centro La Rutlla, y posteriormente una aventura natural por la ruta circular del Salencar de Barruera, convirtiéndose así en la primera parada para descubrir la encantadora Vall de Boí

Por la mañana abandonamos nuestro hotel en Viella para dirigirnos hacia la Vall de Boi, siendo nuestra primera parada en Barruera ya que el hotel de destino no nos daban la habitación hasta media tarde Barruera nos cogía casi a mitad de camino. Como llegamos en apenas 45 minutos, aparcamos los vehículos en la calle principal paralela al río Noguera de Tor y fuimos tranquilamente a tomar un café en un bar cercano.

Teníamos una reserva en la Rutlla a las 12 horas, un lugar recreativo donde los pequeños tenían preparado una visita a la granja repleta de animales dónde poder interactuar con ellos, y donde también nos ofrecían un menú apetitoso con auténtica comida de los Pirineos, con carne a la brasa y productos ecológicos y de proximidad

Como fuimos con bastante tiempo de antelación antes de ir allí, nos acercamos a la orilla del río Noguera de Tor donde previamente nos habíamos informado que había un parque infantil muy divertido.
Efectivamente el parque infantil era grandioso y muy completo, con una zona típica de columpios muy nueva pero unos metros más allá había una zona para más mayores con unas tirolinas gigantes, un columpio giratorio y unas colchonetas, donde los niños hicieron la espera más llevadera, y donde fue difícil después sacarlos de allí


A la hora establecida nos estaba esperando el propietario de la Rutlla para realizar la visita por la propia granja. La Rutlla es una espacio de ocio educativo y familiar situado en el centro de Barruera.
Los niños estaban emocionados mientras veían de cerca los animales, y escuchaban las explicaciones sobre la vida de cada uno de ellos. Pudieron ver de cerca un caballo y montarse en él, ver cabras, ovejas, conejos, ocas, gallinas y por encima de todo una cabrita blanca recién nacida a la que incluso le pudieron dar leche en un biberón.


En una planta superior a la granja de animales estaba el huerto con un completo cultivo ecológico, alimentos que posteriormente probaríamos en la comida. Lugar donde aprovechamos para hacer una seria de fotos de grupo para recordar.


A la hora de comer, nos esperaba una mesa grande en una carpa rodeado de césped para que los niños pudieran correr y jugar, y un arenero al estilo indio con sombra donde las niñas estuvieron casi todo el rato.
Nos gustó tanto el lugar y la comida, que tres días más tarde cuando veníamos del Pont de Suert, volvimos a comer allí 


Después de comer emprendimos nuestra primera aventura senderista por la Vall de Boí, qué consistía en recorrer una ruta circular de 3 km duración apta para todos los públicos sin desnivel con destino el Salencar de Barruera lugar donde está mezclada la flora y la fauna, con un sol y calor asfixiante


La excursión por el Salencar de Barruera tiene dos puntos de partida porque hay dos puentes que cruzan el río Noguera de Tor que es el principal afluente del Noguera Ribagorçana, uno cerca de la Iglesia Románica de Sant Feliu y otro justo al lado del parque infantil. Nosotros decidimos comenzar por el puente del parque infantil ya que estaba más cercano a a la Rutlla y dejar para el final el patrimonio románico.
Cruzar los puentes colgantes movedizos fue un todo un espectáculo ya que se movían bastante y da la sensación que te vayas a caer al agua, pero como era de esperar a los niños les encantó.


Pasado el puente colgante, el camino de tierra principal tenía una bifurcación, y decidimos coger el de la derecha porque presentaba más sombra y el sol en aquellas horas de la tarde era muy intenso. El camino iba rodeado de vegetación y árboles, primero por un camino natural pasando posteriormente a unas pasarelas dejando el pueblo de Barruera a lo lejos


Estas pasarelas se fueron adentrando poco a poco en pequeñas penínsulas de agua que daban al lugar una imagen de zona natural de paseo muy agradable, donde podíamos ver carteles informativos con los tipos de animales que vivían en ese hábitat.


Se podía alargar la visita llegando al Pantano de Cardet, pero los niños estaban cansados y decidimos seguir la ruta circular con el camino de vuelta al pueblo de Barruera, volviendo de nuevo a la orilla del Noguera de Tor pero por el otro lado del río, para tener una panorámica esplendida de la Iglesia románica de Sant Feliu de Taull, en algunos casos con bastantes riesgos al buscar una piedra grande en medio del caudal del río, siendo esto último una de las grandes anécdotas del viaje.
Sólo nos quedaba para concluir la excursión, cruzar por el otro puente colgante que era un poco más ancho que el primero, y pasar por delante de Sant Feliu.


Finalizada la visita finalizada la visita del Salencar de Barruera después de una excursión circular fácil, amena y divertida para los niños, decidimos recoger los coches para dirigirnos hacia el Hotel Romanic situado en Pla de l'Ermita, ya que nos quedaba un recorrido en carretera de apenas veinte minutos para llegar allí, hacer el checkin, alojarnos y descubrir Boí Taüll Resort.



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