BURDEOS (2022)

:

Nuestra última parada en la ruta de viaje de verano por Francia, era la ciudad de Burdeos que es la capital de la Aquitania, siendo también uno de los lugares más esperados para visitar como una de las grandes ciudades en Francia, cuna de grandes vinos y con un gran patrimonio, además a solo tres horas de la frontera española se encuentra este paraíso burgués.

Como reservamos estratégicamente dos noches en el Aparthotel Victoria Garden que está muy céntrico y la idea era visitar el centro de Burdeos, recién llegados de La Rochelle fuimos a dejar nuestro coche de alquiler a la estación de tren de Burdeos a un kilómetro de distancia de nuestro alojamiento, y fuimos a descansar después de un día muy largo y con muchos desplazamientos.


Teníamos casi dos días completos para visitar la ciudad del vino, así que el sábado bien temprano cuando Burdeos aún se estaba despertando, caminamos los 500 metros que nos separaban de la Plaza de la Victoria. En la Plaza de la Victoria, destaca la monumental Puerta de Aquitania un arco del triunfo acompañado de un obelisco y dos tortugas gigantes de hierro.
Además la Plaza de la Victoria es uno de los accesos al casco histórico de Burdeos, y lo hace a través de La Rue Sainte Catherine que se trata de una avenida de casi 1,5 kilómetros totalmente peatonalizada, siendo una de las arterias comerciales más largas de toda Europa.


Nosotros a mitad de camino nos desplazamos hacia la derecha en dirección al Río Garona para encontrarnos de frente con Le Grosse Cloche, el gran campanario de Burdeos, un edificio impresionante que se construyó para ser una prisión para jóvenes.

Seguimos desplazándonos en dirección al Garona, porque teníamos ganas de ver Burdeos en todo su esplendor y uno de los mejores lugares es en el paseo del río Quai Richelieu, y no nos equivocábamos porque solo salir por la Puerta de Borgoña la estampa es de pura belleza con los edificios preciosos, los tranvías yendo y viniendo, mientras el Río Garona preside todo el lugar.


Llevábamos mucho rato caminando con un sol asfixiante, y lo mejor era refrescarse, y que mejor que hacerlo en el famoso Espejo del Agua, emblema de la ciudad de Burdeos, y situado siguiendo el paseo a través del río entre la Plaza de la Bolsa y la orilla del Río Garona. Desde 2006, se llena de agua cada ciertos minutos, hecho que lo convierte en el espejo de agua más grande del mundo, reflejando los edificios de la majestuosa Plaza de la Bolsa dando lugar a una imagen icónica de Burdeos.


La gente y nosotros aprovechamos para descalzarnos para remojar los pies, y la verdad es que está muy divertido para todas las edades, especialmente para los niños. No sé cuánto rato estuvimos allí y cuanto llegaron a disfrutar los pequeños, ni la multitud de fotos que tenemos de la Plaza de Bolsa de Burdeos.

Después de tanta diversión, vino el hambre y teníamos controlado un curioso restaurante para celiacos en la Plaza de Saint Pierre llamado Max a Table, con la gran curiosidad y moderna es que las mesas son interactivas como si fueran tablets con juegos. Uno de los restaurantes más originales en los que hemos estado, y además se comía bastante bien con unas buenas hamburguesas.


Finalizada la comida, nos estrenamos por primera vez con el tranvía para ir a descansar al aparthotel en las horas de más calor intenso, pero de camino nos topamos con la Porte Cailhau que es una de las puertas que hay dispersas por toda la ciudad, y una de las más emblemáticas.

Con las pilas recargadas, la tarde comenzaba de nuevo cogiendo el tranvía en dirección La Cite du Vin con la intención de ver el edificio de forma externa, ya que es un monumento creado por los bordoleses que sirva como museo, centro de exposiciones y espacio cultural centrado en el vino, al ser Burdeos internacionalmente conocida por ser una de las mayores regiones vinícolas del mundo.


La vuelta la hicimos caminando por el bohemio Barrio de Chartrons donde destaca la Iglesia de San Luis, hasta que llegamos a La Plaza de Quinconces con su Monumento a los Girondins. Es una enorme plaza, un tanto desangelada con una noria gigante, cuyo elemento principal es una imponente fuente  en memoria de los habitantes del departamento de Gironda que fueron víctimas de la Revolución Francesa.

Siguiendo de nuevo hacia el centro histórico, cruzándonos con multitud de tranvías, se llega a otro de los lugares más bonitos de Burdeos que es la Plaza de la Comedie, completamente peatonalizada donde destaca el Grand Theatre considerado una obra maestra de la arquitectura europea, y contigua una estatua muy curiosa de una cara.

Nos quedaba volver de noche al Espejo del Agua para volver a descalzarnos y ver la Plaza de la Bolsa iluminada, y completamente reflejada en el agua, con un ambiente turístico brutal con las terrazas repletas de gente, pero nosotros decidimos dar por finalizada la jornada.


El domingo después de hacer el check out y que nos guardaran las maletas en el hotel, teníamos tiempo para hacer una excursión matinal porque a media tarde debíamos de estar en el Aeropuerto de Burdeos para coger el vuelo de vuelta a casa, y como ya el día anterior hicimos lo más importante, nos decidimos por visitar Le Jardin Public, situado en el centro de la ciudad y uno de los principales parques de Burdeos.

Es sorprendente que en pleno centro de la ciudad exista un pulmón tan grande. Desde hace casi 300 años, los habitantes de Burdeos recorren los senderos de este jardín irresistible y encantador clasificado como jardín notable de Francia, con un arrollo con cisnes y patos rodeado de árboles centenarios en la más absoluta armonía.


Volvimos de nuevo a comer al Max a Table porque los niños estaban emocionados con la mesas interactivas, y cogimos de nuevo el tranvía para volver al Victoria Garden para recoger las maletas y donde un taxi nos llevaría al Aeropuerto de Burdeos

En resumen, Burdeos es un destino turístico imprescindible con una riqueza patrimonial brutal y con un ambiente especial de turistas que la hace encantadora, y que no tiene nada que envidiar a París.

Publicar un comentario

0 Comentarios