Después de un día anterior más urbano, este día estaba planeado para ir a la playa, pero tampoco queríamos llegar tarde al hotel porque era el tercer cumpleaños de nuestro pequeñajo y le habíamos preparado una sorpresa por la noche.
Nuestra siguiente visita en Menorca nos llevaba hacia el norte de la isla para visitar otro tipo diferente de playas, caracterizadas por ser más rocosas y arenas rojizas.
Volvimos a coger la carretera principal y la altura del cruce de Monte Toro (montaña más alta de Menorca), cogimos el desvío hacia Platja de Cavalleria, donde llegamos al parking después de un tramo de carretera bastante estrecho y complicado.
Aparcado el coche en un parking semivacío, a través de un camino de arena rojiza de 5 minutos nos dimos de cara con el mar.
Aquí teníamos dos opciones una playa ancha a la izquierda y una playa con piedras a la derecha, llamada Cala Roja. Por curiosidad decidimos bajar primero a la que tenía piedras con un camino sin hacer, y en la cual no se podía poner ni la toalla pero en la que curiosamente Arnau disfrutó muchísimo haciendo dibujos y construcciones con las piedras, y en la que el agua no cubría demasiado.

Realmente es una playa de arena rojiza muy ancha, de más de 500 metros de longiyud y muy alejada de cualquier urbanización posible.
Lo que caracteriza y la hace singular es que en la parte de la derecha de la playa casi debajo de las escaleras donde hay unas grandes rocas, y es allí donde pudimos probar los típicos baños de barro y arcilla donde nos embadurnamos todo el cuerpo de barro mezclando el agua del mar con la arcilla.
Aprovechamos la situación para hacer multitud de fotos curiosas con unas pintas increíbles. No sabemos si es bueno para la piel pero nos reimos un rato
El resto de la mañana nos lo pasamos disfrutando de la bonita playa hasta marcharnos al mediodía de vuelta hacia el hotel.
Estuvimos tranquilos toda la tarde disfrutando del hotel y su todo incluido hasta la hora de cenar donde celebramos el cumpleaños de Arnau. Habíamos contratado con el hotel una sorpresa que le traerían la tarta un muñeco de los Picapiedra. Al final sonó la canción de cumpleaños feliz y fue Dino quien le trajo la tarta a Arnau dentro del comedor del hotel acercándose todos los niños a su alrededor.
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