TIVOLI (COPENHAGUE) (2015)

 
Nuestro traslado de Billund a Copenhague fue toda una odisea de la mala suerte, ya que aunque teníamos todo planificado todo se puso en nuestra contra, y un viaje de 3 horas se convirtió en 5 horas. En resumen, un autobús averiado y un fallo en el tren nos complicó la vida.
 
 

El viaje era muy fácil, un bus a Vejle y desde allí tren directo hasta Copenhague.
Pues nos dirigimos con nuestras maletas hacia la parada de bus, justo delante de la entrada de Legoland, que nos llevaría directos a Vejle en 45 minutos.
Iban llegando los diferentes autobuses puntuales pero el nuestro no llegaba, y de repente lo vemos llegar a lo lejos, a un velocidad muy lenta y se para en nuestra parada, y el conductor muy borde nos dice que el autobús se ha estropeado y que tenemos que esperar al siguiente una hora más tarde. Si esperábamos esa hora perdíamos el tren, y por ello buscamos una alternativa que fue buscar un bus a la inversa que nos llevara al Aeropuerto ya que de allí también salían los autobuses al Vejle.
Mapa de Billund, 7190, Dinamarca a Copenhague, Dinamarca
 
La jugada nos salió bastante bien ya que llegamos justo 3 minutos antes de que llegara el tren, compramos los tickets rápidos y para dentro. Dentro del tren otra sorpresa, ya que iba a reventar y nos tuvimos que quedar en el pasillo con las maletas en la mano.
 
Cuando ya habíamos adoptado la posición en el tren llegamos a la población de Fredericia y nos obligaron a todos a bajar del tren, que por lo que pudimos entender había algún problema en la vía. Muy perdidos seguimos a toda la marabunta y al salir de la estación vimos que había muchos autobuses donde la gente hacía cola para subir. Para no ser diferentes hicimos lo mismo que ellos sin saber realmente donde nos llevaban.
 
Cuando llegamos en autobús a Odense nos dejaron en la estación de tren y solo bajar del autobús nos indicaban que subiéramos a otro tren, y aquí tuvimos suerte ya que pudimos coger asiento con mesa incorporada. Preguntando a la gente de los asientos del alrededor nos dimos cuenta de que íbamos en correcta dirección y que nos quedaban por fin dos horas tranquilas hasta la capital de Dinamarca.
 
En Copenhague, habíamos reservado una noche de hotel cerca de la estación central en el Hotel Cabinn City y por ello nuestra parada fue en la preciosa Estación Central donde aprovechamos para comer algo rápido en el primer McDonalds que encontramos. Arnau pobre, estaba realmente cansada por la odisea que habíamos pasado para llegar.
 
Solo salir de la Estación, nos encontramos con las puertas del famoso Tivoli, que habíamos planificado visitar esa misma tarde, y en tan solo 5 minutos ya estábamos haciendo el check in en el hotel, que sin duda fue una buena elección por su relación calidad-precio pero sobre todo por su ubicación. Ya sabíamos que las habitaciones eran pequeñas pero para una noche ya nos hacía su función completamente
Después del largo viaje decidimos descansar para reponer pilas para la tarde.

 
PARQUE DE ATRACCIONES Y JARDINES TIVOLI
 
Por la cercanía al hotel teníamos planificado para esa tarde disfrutar de los famosos y antiguos Jardines del Tivoli, ya que el turimo por la ciudad lo haríamos el día de parada del crucero.
 
Así que en escasos 5 minutos encontramos una de las puertas de acceso laterales al Parque de Atracciones y después de pagar las entradas bastante caras en las que no entraba ninguna atracción, ya estábamos en el interior del recinto.
 
La verdad es que es un lugar mágico, con mucho encanto y mucha historia, y situado justo en el centro de Copenhague. No solo es un parque de atracciones, son sus jardines, su decoración, sus restaurantes, sus espectáculos, la alegría que desprende la gente, realmente una visita imprescindible.
 
 
Estuvimos recorriéndolo durante más de 3 horas y como las atracciones van en función de la altura, al peque le compramos los tickets en las que él podía subir, como un coche de época o unos aviones y disfrutó muchísimo.
 
De repente en la zona central del Tivoli, comenzaron a cortar accesos y a acumularse la gente, y pudimos descubrir que por la noche realizaría un concierto el mítico Elton John, pero nosotros ya teníamos suficiente con lo que habíamos visto y decidimos salir del Tivoli por la puerta más cercana al Ayuntamiento.
 
 
Solo salir, nos llevamos una sorpresa que solo puede pasar en estos países, una calle llena de todo tipo de bicicletas donde prevalecían las antiguas, en las que no me pude aguantar y me fotografié con ellas.
 

Para cenar, desde casa habíamos localizado una cadena de comida llamada Max Burger que hacían comida para celiacos bastante cercano al Tivoli, así que nos dirigimos hacia la Plaza del Ayuntamiento llamada localmente Radhuspladsen, contigua a una de las salida de los jardines, en el mismo corazón de la ciudad.
 
Radhuspladsen, con su preciosa fachada, decorada con esculturas de dragones y serpientes y con su típico ladrillo oscuro que tanto predomina en los edificios de la ciudad, y desde comienza la Stroget, calle peatonal comercial principal de la ciudad que tiene comienzo aquí y acaba en el famoso Nyhavn.
Comenzamos a caminar por Stroget, pero solo hicimos una parte ya que nuestro destino gastronómico estaba a mitad de camino, lugar donde cenamos tranquilamente bastante bien.
 
Ya cenados, decidimos deshacer nuestros pasos para volver hacia al hotel, escuchando de fondo las canciones del gran Elton John que nos acompañaron hasta la entrada del Cabinn City
 

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1 Comentarios

  1. foodandpleasure.com
    Disfrutar de los viajes combina la delicia de la gastronomía y la maravilla de la naturaleza. Cada destino se convierte en un festín para los sentidos, creando recuerdos imborrables.

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