El primer domingo de viaje, lo planeamos con una combinación de dos lugares muy cercanos entre si en el corazón de la Selva Negra. Primero estaba planeado la diversión en Steinwasen Park, un parque de atracciones de lo más curioso para todas las edades ubicado en plena montaña, y más tarde realizar una visita cultural a Friburgo de Brisgovia, la puerta de entrada de la Selva Negra
El desplazamiento hasta Steinwasen Park era uno de los más largos del viaje con un trayecto de más de una hora desde el Capfun Suzel en dirección este, cruzando la frontera, pasando por primera vez por Friburgo y adentrándonos a las primeras montañas de la Selva Negra
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Su espectacular paisaje montañoso y sus cuantiosas atracciones convierten a Steinwasen Park en un lugar de ocio para toda la familia, convirtiéndose en uno de las experiencias más recordadas por nuestros hijos en el viaje veraniego, además sumándole que la afluencia no era muy elevada, y por tanto no hicieron casi colas ni esperas en las atracciones principales
Solo comprar la entrada en taquillas, se accede por la planta baja a una zona de ocio infantil cerrado inmenso llamada Kinderland, para posteriormente salir al exterior y encontrarte varias atracciones para el publico más infantil como el paseo en minibalsa o los saltarines Bunny Hop, y justo al lado unos pequeños lagos con unos originales puentes colgantes.
Decidimos que la primera gran atracción que probaríamos serian los rápidos de agua, una atracción en barca que tenía un pequeño descenso en curvas hasta llegar a la piscina final. La diferencia con los rápidos que estamos acostumbrados , es el mecanismo de ascenso de la barca en forma vertical hasta el inicio de la atracción que la hace muy original.
A la salida del pabellón nos encontramos con el telesilla al estilo de una estación de esquí, en donde pudimos subir los cinco sin problemas en dos telesilla diferentes, y que sirve para acceder a las dos atracciones más altas y con más adrenalina de Steinwasen Park, la pista de trineos de montaña y la montaña rusa alpina, en la que ambas se descendía en gran velocidad por la montaña hasta llegar de nuevo al inicio del telesilla.
De camino hacia la parte más alta subidos en el telesilla ya pudimos divisar otro de los atractivos de Steinwasen Park, es que a parte de ser un parque de atracciones, dispone de un zoológico natural de múltiples especies en un camino que empieza desde lo alto de la colina, y el que vas descubriendo los animales a la vez que vas descendiendo.
En medio del camino de vuelta, te encuentras otro de los grandes atractivos que es el puente colgante de 218 metros, que nos ofrecía una panorámica increible tanto del parque como de las montañas.
La idea inicial era pasar la mañana, e ir a comer a Friburgo de Brisgovia, pero los niños estaban disfrutando tantísimo que nos fue imposible salir mucho antes de la hora de cierre del parque, y eso dice mucho a la hora de recomendar este fantástico parque de atracciones de montaña
Familia Tokers.
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