PRADES: XALET DE PRADES (2020)


Esta escapada por Prades, en el interior de la provincia de Tarragona, fue muy especial después de tres meses de confinamiento motivados por la pandemia mundial del Covid, así que con la opción de salir sin incumplir la normativa de salir de la propia provincia con tu burbuja familiar nos alojamos dos noches en el complejo rural Xalet de Prades.
 
La villa de Prades está situada en el Baix Camp, y es tan bonita que incluso ha recibido el sello de Pueblos con Encanto, y con las ganas que teníamos de salir fue una de las mejores opciones dentro de la provincia de Tarragona a casi una hora de distancia después de recorrer una carretera sinuosa en el Parc Natural de les Muntanyes de Prades


Además Xalet de Prades era un lugar que siempre habíamos tenido pendiente visitar, ya que es un alojamiento muy solicitado en todas las épocas del año, pero por culpa de la situación global pudimos reservar dos noches en regiment de alojamiento y desayuno en pleno mes de Junio a un buen precio y casi sin turistas, donde la primera noche sería en la casa del árbol y la segunda noche en un iglú familiar para ver las estrellas.


Xalet de Prades es un complejo rural situado en medio del bosque a escasos cinco minutos caminando del centro de Prades con singulares cabañas en los árboles, los iglús de las estrellas, las casas de madera, la granja, la piscina en verano, las salas comunes, zonas de juego. Un entorno idílico natural inigualable donde los niños volvieron a ser libre después de pasar un duro confinamiento, además con la calma de estar casi vacío.

La singularidad es que en esta ocasión en vez de reservar un típico bungalow llamado casa de madera, nos alojamos dos noches en dos singulares estancias, donde la primera fue en una casita familiar en el árbol que según está diseñado el complejo hay mucha distancia entre cabaña y cabaña dando sensación de intimidad.

La casa del árbol fue la emoción de los niños porque para ellos alojarse en lo alto de los árboles fue una auténtica experiencia mágica, con una rampa de acceso a la completa cabaña suite que tiene en su interior dos plantas, una bañera hidromasaje y una terraza que da toda la vuelta a la casa. Además, todo sumado a que el desayuno nos lo subieron en una cesta a través de una cuerda para hacer todo más especial, sumergidos en plena naturaleza.


Una noche nos supo a poco pero que es la segunda noche no se quedó atrás en singularidad porque nos alojamos en el curioso Iglú familiar de las Estrellas, un alojamiento de madera en forma de redonda donde la cúpula superior es transparente donde en teoría en la noche se podrían observar las estrellas, lugar donde celebramos el cumpleaños de Sara.

En una zona apartada del Xalet de Prades se encuentran juntos todos los iglus familiares y de pareja, en una imagen que parecía que estábamos alojados en la misma luna.


El interior del iglú familiar es impresionante con una planta inferior con un salon comedor inmenso donde en una parte del techo se `puede ver la planta superior a través de unas cuerdas y un lavabo de nuevo con bañera hidromasaje. En la planta superior te encuentras las camas y un techo en forma de cúpula de cristal en donde en teoría por la noche podríamos ver las estrellas, pero que la gran decepción porque por la noche se empapó completamente por la humedad exterior y no pudimos ver nada de nada.


Sobre las excursiones por las montañas de Prades, lo primero que hicimos fue visitar el centro de Prades, situado a escasos cinco minutos a pie del Xalet de Prades. Llamada la villa roja por la construcción de sus casas con piedra roja, donde el lugar más significativo es la Plaça Major porticada con la fuente renacentista y su iglesia majestuosa, que fue un buen sitio para descansar y para que los niños corrieran y jugaran con toda tranquilidad.


La segunda mañana de escapada entre cambios de alojamiento nos decidimos a hacer la ruta a pie de la Ermita de l´Abellera de apenas dos kilómetros de recorrido, uno de los lugares más conocidos de Prades, En esta ruta apta para todas las edades que está señalizada desde el centro de Prades, encontraremos otras dos ermitas, primero la de Sant Antoni a las afueras del pueblo y la segunda la de Sant Roc a la cual se llega a través de un sendero fácil que se complica al tener que subir por una rocas durante unos minutos.


Desde la Ermita de Sant Roc en apenas unos minutos ya te encuentras con el área de recreo de la Ermita de l’Abellera. Construida en el siglo XVI, se encuentra en un lugar idílico en plenas montañas de Prades con unas vistas increíbles, situada incrustada en un barranco aprovechando una cueva que había servido de cobijo a ermitaños.

Esta escapada por Prades nos hacía volver a disfrutar en familia para descubrir nuevos lugares en nuestra mochila viajera, porque durante tres meses habíamos vivido un duro confinamiento tras el estado de alarma motivado por desgracia por una pandemia mundial que nos había limitado nuestras ganas de viajar.

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