MENORCA (2019)


Nuestro tercer día nos tocaba atracar en Mahón (Menorca), haciendo de esta forma la triple visita a las Islas Baleares.
Esta parada era más corta que las otras dos, y por ello significaba que la excursión sería únicamente por la mañana.
Después de pensar mucho el lugar a visitar, nos decidimos por volver a repetir unos de los pueblos más bonitos que habíamos visto nunca, Binibequer Vell


El barco sorprendentemente atracó dentro de la ciudad de Mahón, navegando por la preciosa Ría de Mahón hasta llegar al puerto y dejarnos a escasos metros del centro neurálgico de la ciudad, cosa que nos facilitó la excursión por libre
 
Teniendo esta información previamente, buscamos la opción de llegar de Mahón a Binibequer en autobús, y encontramos la Línea 93 (con unos horarios bastante restrictivos) que nos hacía el recorrido en apenas 15 minutos.
 
Mapa de Maó-Mahón, Islas Baleares a Binibeca, 07711, Islas Baleares
 
El autobús salía de la Estación de Autobús de Mahón a las 9 horas, así que tocó madrugar mucho, desembarcar rápido y cruzar a pie toda la ciudad hasta llegar a la estación con el tiempo prudencial. Lo curioso del trayecto a pie fue que en la ciudad no había ni un alma por las calles, como sí aún no hubiera despertado de la noche anterior.
 
BINIBEQUER VELL
 
El autobús llegó puntual a destino, y sabíamos que teníamos dos horas de visita en Binibequer Vell ya que el horario de vuelta del siguiente autobús nos dejaba muy justos de horarios para llegar al embarque.
¿La ventaja de haber ido tan pronto por libre? Significó que llegamos casi los primeros a Binibequer Vell, y pudimos disfrutar de uno de los pueblos más bonitos de España con total tranquilidad sin apenas turistas.
 
Es muy difícil explicar en palabras lo que es este pueblo pesquero, ya que esconde algunos de los rincones más especiales en la Isla de Menorca. Aquí más vale el dicho popular más vale una imagen que mil palabras.

Solo bajar del autobús te encuentras con la calle principal donde están los establecimientos comerciales como bares o el supermercado, pero desde allí ya se puede empezar a perderse por sus estrechas y blancas callejuelas.

Después de comenzar a disfrutar de sus primeros momentos, comenzamos la visita por la Plaza principal donde se encuentra un pequeño mirador hacia una preciosa cala con pequeñas embarcaciones donde parece que el mundo se ha parado.

 

Pero si el mirador es bonito hacia el mar, solo dando media vuelta te encuentras con una imagen increíble de este magnífico pueblo. El color blanco de los tejados y fachadas contrasta con el intenso color marrón de las puertas, ventanas y balconadas de madera y con el verde intenso y los vivos colores de las flores.
 

Después de hacer las diferentes fotos panorámicas, lo que te pide el cuerpo es perderse por todas las calles empedradas, caminando sin rumbo determinado y descubriendo rincones.
 

Foto por aquí, foto por allá,… Todo está tan bien colocado como si de un parque temático se tratara, pero siempre respetando los carteles pidiendo respeto y silencio, ya que la mayoría de las casitas están habitadas por lugareños o turistas, aunque caímos en la tentación de subir a las casas.

Decidimos bajar las escaleras que te llevaban directamente hacia el embarcadero, donde te encontrabas una especie de cueva pegada al mar, con acceso directo al agua
 

Desde las rocas pudimos tener uno de las mejores vistas de Binibequer con una imagen que mezclaba las embarcaciones y la blanca localidad de fondo, mientras los pequeños disFrutaban haciendo escalada por las distintas rocas haciendo fotos con sus cámaras
 

Estuvimos casi dos horas yendo de un lado a otro, deshaciendo lo ya andado en busca de nuevos lugares en los que seguir recreándonos para intentar disfrutar del lugar desde todos los ángulos posibles.
 
Hay lugares que se quedan guardados en la memoria de un viajero y que desatan inmediatamente la necesidad de volver y recorrerlos de nuevo otra vez. Todos tenemos esos rincones especiales que nos encandilaron por su belleza y Binibequer Vell se ha convertido en uno de nuestros lugares, y por ello no dudamos en repetir para volver a visitarlo y si volvemos a Menorca seguro que estará marcado en la agenda del viaje.

Tema horarios, por desgracia nos tocaba volver hacia Mahon, así que cogimos de nuevo el autobús de vuelta hacia la capital menorquina, encontrándonos una ciudad muy diferente a la de tres horas atrás con todas las calles repletas de gente y todos los comercios abiertos.
 
 

Publicar un comentario

0 Comentarios