Después de cuatro días muy intensos en El Cairo visitando lugares excepcionales, la siguiente parte de nuestro viaje era un crucero fluvial por el Nilo de una semana, con salida desde Luxor al Norte llegando máximo al sur a Aswan y con final otra vez en Luxor.
El medio de transporte para llegar a Luxor desde el Cairo fue a través de un vuelo interno de la empresa Egyptair, un avión muy pequeño con únicamente 4 asientos por fila con el pasillo estrecho intermedio de separación. La verdad que cuando te subes pasas un poco de miedo, pero todo el vuelo fue correcto.
El barco se llamaba MS Nile Shams, pequeño pero muy lujoso y con todas las comodidades. Con unas piscinas y unos bares en la planta superior, y una sala de fiestas donde pasamos todas las noches.
Una curiosidad cuando comienzas a navegar por el Nilo es el paisaje, ya que justo en el borde del río hay vegetación, normalmente 50 metros más allá era desierto, con un panorama de contrastes brutal.
Al ser la opción larga de una semana y no la de 4 días, y al ser ida y vuelta, pudimos hacer las excursiones con más calma y disfrutar más de los lugares menos la de Luxor que fue un día repleto de visitas.
Empezando por Luxor fuimos descendiendo con la primera parada en Edfu, para ver el magnífico Templo de Horus con un estado de conservación excepcional, con paredes repletas de jeroglíficos.
También pasamos por la exclusa de Esna con un cambio de altura del río, donde ocurrió una de las anécdotas del viaje ya que egipcios con barcas nos ofrecían y apovechamos para comprar los trajes típicos, que utilizamos varias veces en las fiestas egipcias del barco.
Llegando más al sur se encuentra Aswan donde hicimos excursiones muy bonitas destacando la de Abu Simbel, con una parada de más de dos días por todo lo que había que hacer allí.
Ya de vuelta parada en el Templo de Philae y en el Templo de Kom Ombo, ambos imprescindibles en este gran viaje, para llegar de nuevo a Luxor
Familia Tokers.
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