CERLER (2015)


A través de la pàgina de Subastasdeocio, conseguimos una muy buena oferta para el Hotel Los Nogales, en la localidad de Campo, situado en el Pirineo Aragonés Oriental en el Valle de Benasque con dos noches de hotel en régimen de alojamiento y desayuno.


Mapa de Tarragona a Aramón Cerler, Telesilla, B1, 22449 Cerler, Huesca
 
Para nuestra sorpresa a última hora se nos unieron nuestros amigos de Pinseque, cosa que significó que nos lo pasáramos mucho major sobre todo los dos niños
 
 
La idea de la escapada a Campo era visitar Cerler, Benasque y las poblaciones de los alrededores.
 
Llegamos el viernes por la tarde-noche a Campo después de dos horas largas en coche, a una población a 45 minutos de Cerler, y un hotel pequeño y acogedor con una habitación bastante amplia. Cenamos los bocadillos que habíamos traido y esperamos la llegada de nuestros amigos para posteriorment irnos a la cama para madrugar el día siguiente.
 
 
CERLER
 
A la mañana siguiente después de desayunar en el hotel, nos dirigimos hacia Cerler. La mayor sorpresa es la terrible carretera hasta Benasque. Tardamos 45 minutos en llegar a Cerler
 
Solo llegar a Cerler nos empezó una fuerte nevada en Cota 1500, pero preguntamos y la zona de niños con juegos, trineos,... (Skity Area) estaba en la cota 1900 llamada Ampriu, así que empezamos una subida en coche por una carretera bien conservada.
Llegados a Ampriu después de escasamente 15 minutos en el mismo parking de coches nos empezó un temporal de nieve y ventisca que nos decidió por volver a bajar a Cota 1500 para evitar problemas posteriores a la vuelta.

Ya aparcados, después de jugar un rato con la nieve, nos vino el cambio de planes menos esperado ya que los dos pequeños nos dijeron que querían esquiar cuando ninguno de los dos lo había probado nunca. Como dice el refrán no hay mal que por bien no venga.
 
Así que sin pensárnoslo, les alquilamos los equipos completos como dos pequeños astronautas.
 
 
Localizamos una pista verde muy corta y con poca pendiente, y una cinta de subida de fácil acceso, y que como era la cota más baja no había casi nadie.
 
 
La verdad que fue una mañana inolvidable, incluso el mal tiempo nos ayudó y salió el sol para acompañarlos en su primera experiencia.
 
Como son esponjas en un rato ya bajaban los dos la pista verde solos, no sin antes varias caídas y resbalones. Aunque no se si decir si disfrutaron más ellos o nosotros cuando los veíamos bajar y se nos caía la baba sin poder disimularlo.
 
 
Tendríamos que dar las gracias a varios monitores y trabajadores, que nos ayudaron bastante y nos dieron bastantes consejos para que los pequeños aprendieran más rápido.
 
Después de varias horas bajando y bajando sin parar, con una breve parada para desayunar para coger más fuerzas, nos fuimos a comer al restaurante en pistas.
 
 
A la vuelta jugamos de nuevo con la nieve, y devolvimos los equipos de esquí después de un día increíble y para el recuerdo.
 
Abandonamos Cerler y dimos un pequeño paseo por Benasque, para posteriormente volver a Campo.
 
Descansamos un rato y fuimos a cenar al bar del pueblo.
 
AINSA

 
Mapa de Campo, 22450, Huesca a Aínsa, Huesca

El segundo día, mañana del domingo, lo planeamos para visitar Ainsa, en la comarca del Sobrarbe, un pueblo medieval muy bien conservado.
 
Solo aparcar nos encontramos con el Castillo Medieval, donde hay una gran esplanada y te permite subir a sus murallas desde donde se pueden disfrutar de una vistas preciosas a Aínsa y como de sus alrededores con las grandes montañas.

 
Desde el Castillo, pasamos por unos jardines y nos topamos con la Plaza Mayor donde está situado el Ayuntamiento y todos los restaurantes debajo de todos los arcos que rodean la plaza.
 
 
Lo más bonito de Aínsa es pasear por sus calles y respirar el aire medieval que desprende en todos sus rincones y en todas sus calles empedradas. 
 
 
También es importante mencionar los preciosos miradores de los que dispone tanto al río como a las montañas nevadas del Pirineo. 
 
También destaca la Iglesia de Santa María con su campanario justo detrás de la Plaza Mayor, lugar donde aprovechamos para descansar justo delante para jugar con una pelota en su patio.
 
 
Dimos por acabada la visita turística y nos sentamos tranquilamente a tomar unos pinchos muy originales en una terraza aprovechando el sol, mientras los niños seguían jugando juntos.
 
De allí directamente a comer en un restaurante de la Plaza Mayor, que para nuestra sorpresa era apto para celiacos, y donde comimos un menú exquisito, típico de la zona y muy bien elaborado.
 
Después de la comida nos despedimos para decirnos un hasta pronto porque es un placer viajar con ellos, y con la sensación de que sería un fin de semana que nunca olvidaremos en la vida:
El primer día que nuestros hijos esquiaron.
 
 

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