CHICHEN ITZA (2010)


Nuestra siguiente excursión era a la antigua ciudad maya de Chichen Itza, seguramente el lugar más conocido y visitado de la Riviera Maya, y fuimos la segunda excursión contratada en Playa del Carmen, ya que hay una distancia de trayecto de 2 horas y media. Además de la visita a la zona arqueològica nos entraba el disfrute en un cenote y la parada en la ciudad de Valladolid.
A la hora acordada nos recogieron en el hotel y comenzamos nuestra andadura parando primero en el Cenote Suytun a medio camino de Chichen Itza.


Bajo un calor sofocante, al cenote se accedía a traves del descenso por unas escaleras, suavizando gratamente la temperatura exterior. Nos encontramos en una caverna a no se cuantos metros de profundidad, con una luz central que entraba desde lo alto del techo de la gruta.
Nos dimos un baño en las aguas frescas y disfrutamos durante bastante tiempo de una imagen que en pocos lugares del mundo encontraremos, dejando un recuerdo imborrable.


De allí dirección a los yacimientos arqueológicos de Chichen Itza en búsqueda de la famosa pirámide de Kukulkan. Una vez en el recinto, repleto de turistas y muy bien conservado, el guía nos iba explicando la historia de cada edificio como el observatorio, el juego de pelota, la historia de la serpiente o el templo de las mil columnas.

 Y por fin nos encontramos de cara la Pirámide de Kukulkan, una verdadera maravilla del mundo y en la que por desgracia ya no se puede subir a ella. La gran curiosidad es el eco que produce una única palmada de manos, es una sensación impresionante y mágica.

Después de hacer muchísimas fotos, decidimos dedicar el tiempo libre a recorrer el resto del gran recinto y a regatear en los diferentes puestos que te ofrecían recuerdos autóctonos, comprando una piràmide de recuerdo.

Posteriormente comimos en la Hacienda del propio recinto ya que nos entraba con la excursión y empezamos el camino de vuelta haciendo parada en Valladolid.

Ya en Valladolid la furgoneta nos dejó en pleno centro de la ciudad, en la Plaza Francisco Cantón encontrándonos directamente con la Catedral de San Gervasio, que es su monumento más representativo. Pero por cosas del tiempo caribeño, de repente nos cayó un chaparrón y no pudimos descubrir nada más de la ciudad.


Había sido un día muy intenso con 5 horas en furgoneta, pero había valido mucho la pena, visitando así una de las maravillas del mundo moderno.

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